Vida de San Agustín
Ha terminado la segunda etapa de estudios en Madaura y regresa a Tagaste. Patricio y Mónica desean que siga estudiando y con sus ahorros y la ayuda de un amigo rico del pueblo le envían a Cartago a terminar su preparación. Algo más alejado de sus padres –196 km.–. Agustín comienza a vivir y disfrutar. Sus preocupaciones son el teatro, los baños y el sexo. Al cumplir los 17 años ya comparte su vida con una chica de su edad. Fruto de esta relación será su hijo Adeodato. No obstante, él espera colocarse pronto como profesor para estabilizar esta relación. Pero este mismo año, 371, muere su padre. Ante este acontecimiento, el muchacho apasionado comienza a ser consciente del gran sacrificio que han realizado sus padres para que él se construya un futuro. Muchos empiezan a considerarle “un joven prodigio”. Lo cierto es que su manera de ser y sus lecturas le van configurando como una persona inteligente e inquieta. También entra a formar parte de una secta: los Maniqueos.
Citas de San Agustín “Mi peso es mi amor; él me lleva doquiera soy llevado” (C 13,9,10)
“La raíz se halla profundamente afianzada en tierra; en donde está nuestra raíz, allí está nuestra vida, allí está nuestro amor” (CS 36,s.1 ,3).
“Si se enfría nuestro amor, se entumece nuestra acción” (CS 85,24).
“Oye, pues, de una vez un breve precepto: ama y haz lo que quieras; si callas, clamas, corriges, perdonas; calla, dama, corrige, perdona movido por la caridad. Dentro está la raíz de la caridad; no puede brotar de ella mal alguno” (TCJ 7,8)
“El que se pasa al lado de Cristo, pasa del temor al amor y comienza a poder cumplir con el amor lo que con el temor no podía” (S 32,8).
“Dos amores han dado origen a dos ciudades: el amor de sí mismo hasta el desprecio de Dios, la terrena; y el amor de Dios hasta el desprecio de sí, la celestial…” (CD 14,28).
“No hay amistad verdadera sino entre aquellos a quienes Tu aglutinas entre si por medio de la caridad” (C 4,4,7). “Bienaventurado el que te ama a ti, Señor; y al amigo en ti, y al enemigo por ti, porque sólo no podrá perder al amigo quien tiene a todos por amigos en aquel que no puede perderse” (C 4,9,14).
“Amas al amigo cuando odias lo que le daña” (S 49,5).
“No te hallarás sin la amistad de tu prójimo allí donde tendrás a Dios por amigo” (S 299D,6).
“La verdadera amistad no se mide por intereses temporales, sino que se bebe por amor gratuito” (Ca 155,1,1).
“Nada manifiesta mejor al amigo como llevar la carga del amigo” (OC 71,1).
“Donde hay benevolencia hay amistad” (SM 1,11,31).
Carisma Agustiniano Seguimiento a Jesucristo Para San Agustín, Jesucristo debe ser el centro de toda vida cristiana. En Él encontramos el sentido de la vida y a Él debemos estar siempre unidos. “La norma fundamental de la vida religiosa es el seguimiento a Cristo, que nos impulsa al amor según nuestra personal consagración.” (Const. 17) Vida común San Agustín nos convoca para buscar a Dios en comunidad. No es una mera compañía en nuestra vida, ni una distribución de servicios y habilidades, sino una base sólida para guiarnos firmes hacia Dios. “La comunidad es el eje en torno al cual gira la vida religiosa agustiniana: comunidad de hermanos que viven unánimes en la casa, teniendo una sola alma y un solo corazón, buscando juntos a Dios y dispuestos a servir a la Iglesia.” (Const. 26) Amistad La amistad es una forma de concreción del amor. Puede llegar a ser auténtico “amor de alma a alma”. De hecho, San Agustín concibe que se pueden fundir varias almas en una sola. Esto no significa unidad en los gustos, los sentimientos, los proyectos, las opiniones…, sino unidad en el ser. La buena amistad contribuye a la felicidad, es un don precioso de la vida. La amistad es uno de los aspectos fundamentales para aprender la gratuidad del amor y constituye un pilar básico del ser humano y su felicidad. “Aquí existen dos cosas necesarias: la salud y un buen amigo” (Sermón Dennis 16,1). “No hay amistad verdadera sino entre aquellos a quienes Tú aglutinas entre sí por medio de la caridad.” (Conf. 4,4,7). “El fin de la Orden consiste en que, unidos concordemente en fraternidad y amistad espiritual, busquemos y honremos a Dios, y trabajemos al servicio de su pueblo.” (Const. 13). Búsqueda San Agustín pasa casi toda su vida en búsqueda de la verdad. Su inquietud no cesa hasta comprender que Dios es la Verdad que buscaba y, desde ese momento, consagra su vida a la contemplación y la vida en comunidad. Buscar la verdad juntos nos facilita el camino. “Si la verdad es el objeto de las aspiraciones de todos los hombres, no puede ser coto cerrado de ninguno de ellos. La verdad no es mía ni tuya para que pueda ser tuya y mía” (Com. a los Salmos 103,2,11). “Nuestra principal dedicación común es buscar a Dios sin límites, ya que sin límites debe ser amado.” (Const. 22) Interioridad La interioridad permite apreciar lo que nos rodea, aceptar las propias limitaciones, encontrarnos con los demás, superar las adversidades y buscar la verdad. Permite conocerse a sí mismo y conocer mejor a Dios, que reside en nosotros. “No te desparrames. Concéntrate en tu intimidad. La Verdad reside en el hombre interior.” (La verdadera religión 39,72). “A través del camino de la interioridad se adquiere el conocimiento y el amor de Dios y del Él nos hacemos partícipes. Es, por tanto, necesario que nos volvamos siempre a nosotros mismos y, entrando en nuestro interior, pongamos todo el esfuerzo en perfeccionar el corazón para que, orando con deseo ininterrumpido, lleguemos a Dios.” (Const. 23). Inquietud San Agustín vivió en su vida la experiencia de la “inquietud”, buscando incansablemente la Verdad-Dios, con un corazón insaciable e inquieto. El Papa Francisco propuso a los Agustinos mantener viva en nuestra vida tres inquietudes: la inquietud de la búsqueda espiritual, la inquietud del encuentro personal con Dios y la inquietud del amor al hermano concreto, que está junto a nosotros (Homilía al 184 Capítulo General OSA, 2013). “Consciente e inconscientemente, tendemos de modo continuo e insaciable a Dios para gozar del bien infinito con que se sacie nuestro deseo de felicidad, porque nos hizo para Él y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Él.” (Const. 22) Obras más importantes Confesiones (Confessiones) La ciudad de Dios (De Civitate Dei) La Trinidad (De Trinitate) De doctrina cristiana (De Doctrina Christiana) Enlaces https://es.wikipedia.org/wiki/Agust%C3%ADn_de_Hipona https://www.youtube.com/watch?v=mkMJ3rLa7wE https://www.youtube.com/watch?v=hQGagdALGkQ